LOS ULTRAPIXELES
Empecemos por el principio. En febrero de este año, HTC
presentó su gran apuesta para 2013: HTC One, un gama alta dispuesto a
erigirse en mejor smartphone del año. Era el segundo high-end que
veíamos en 2013, días antes llegó el Sony Xperia Z. Y desde luego, HTC
convenció. El One era un terminal espectacular, tanto en diseño y acabados como
en pantalla, así como en sonido, rendimiento, etc. Pero quizás su mayor novedad
fue su cámara, que vino para nadar contracorriente respecto al
resto de grandes fabricantes. En lugar de disparar su número de megapíxeles,
los redujo a 4,3. El truco, lo que llamaronUltrapixel: sacrificar
resolución a cambio de incluir píxeles más grandes que tuvieran como resultado
una mayor luminosidad. Había lógica en la decisión: si la mayoría de fotos
hechas con el smartphone acaban en las redes sociales, no es prioritario
otorgarles una resolución exagerada, y es preferible centrarse en mejores fotos
nocturnas, por ejemplo. Hasta aquí, todo genial.
El problema
es que ese “genial” lo es sobre el papel. Incluso tras un uso primario. Yo fui
el primero que abracé al HTC One como candidato a terminal del año, y entre sus pero no
añadía a su cámara. Pero tras usar un tiempo el HTC One, queda claro
que Ultrapixel no fue una buena idea. Y vaya por delante que agradezco la
propuesta, y me parece digno de felicitación que un fabricante innove así, esté
decidido a llevar algo distinto al consumidor y no se limite a lanzar más de lo
mismo. Sobre todo si es HTC, cuya situación le deja poco margen para arriesgar,
y lo que haría cualquiera en su lugar sería adoptar el conservadurismo y tratar
de apostar por el caballo ganador.
¿Por qué Ultrapixel no es una buena idea? En primer lugar,
por su nulo nivel de detalle en las fotografías. Para imágenes
“amplias” que queramos conservar sin acercarnos a un objeto concreto, y no
necesitemos de ampliaciones, no hay mucho problema. Pero en cuanto queramos
mostrar algo de detalle, entendemos que los 4,3 megapíxeles de la cámara
Ultrapixel del HTC One son insuficientes. Un ejemplo concreto: estas dos
imágenes fueron tomadas simultáneamente con un HTC One (arriba) y un Galaxy S4
(abajo):
Apenas hay diferencia en cuanto al nivel de detalle
apreciable en la escultura deLa Gloria y los Pegasos. A esa distancia,
sin ampliar, todo parece similar. El problema llega al hacer un recorte de
un fragmento de la fotografía. Entonces es más que evidente de qué pie cojea la
cámara Ultrapixel: